Derecho al Agua
El agua es un Derecho Humano, no una mercancía
Llovía en el Altiplano boliviano y de pronto.
GRINGO ¡Ey, ey, stop!... ¿qué estar haciendo usted, my friend?
BOLIVIANA Recogiendo agua de lluvia, ¿no ve?
GRINGO Eso está prohibido.
BOLIVIANA ¿Cómo que prohibido?
GRINGO Prohibido. El agua de lluvia pertenece a la Bechtel Enterprises, a nuestra compañía. Así que, váyase a su casa…
BOLIVIANA ¡Pero esto es el colmo!
GRINGO ¡Y en la tienda compra el agua!
Aunque usted no lo crea, en Cochabamba, Bolivia, habían privatizado hasta el agua de lluvia.
Los campesinos no podían almacenarla sin antes pagar a la empresa norteamericana Bechtel Enterprises.
Este abuso desencadenó la llamada “guerra del agua” en abril del año 2000.
Una guerra ganada por el pueblo boliviano que obligó a la compañía gringa a largarse del país.
Movilizaciones semejantes se han dado en Argentina, en Honduras, en Perú, El Salvador, Brasil, Nicaragua…
Un hombre pregunta: Un momento, un momento. Disculpe que me entrometa, pero no entiendo cuál es el problema
El problema es que habían privatizado el agua.
El hombre responde: ¿Y?
¿Cómo que y? El agua, señor mío, es un derecho, no una mercancía.
El Derecho al agua. Un derecho humano fundamental.
En los Estados deben garantizar a todos sus ciudadanos y ciudadanas el acceso al agua potable.
Ahora veamos el testimonio de alguien: Antes tomábamos agua del río… pero el río está envenenado. La mina ensució todo... Ahora yo tengo que caminar cuatro kilómetros todas las mañanitas para traer un par de latas de agua a mi casa…
Uno de cuatro habitantes del planeta, carece de agua.
En 20 años, la mitad de los seres humanos, 3 mil millones de personas, sufrirán la falta de agua.
El cambio climático que seca la tierra…
Las empresas que vierten sus desechos en los ríos, en las lagunas…
La producción de agrocombustibles que duplica la necesidad de agua para que beban los automóviles y no las personas…
Y las trasnacionales, las que privatizan el agua como si fuera una mercancía.
El agua es un bien común de la humanidad del cual dependen la salud individual y colectiva así como la agricultura, la industria y la vida doméstica.
El agua pertenece a todos los seres humanos y a todas las especies vivas del planeta.
Los Estados tienen que garantizar el agua potable para todas las personas en cantidad y calidad.
UN GOBERNANTE: Se acabó el cuento. El agua no puede someterse a las leyes del mercado.
Los gobiernos dignos tendrán que terminar los contratos con las empresas privadas del agua, especialmente las trasnacionales…
VOCES Vivendi… Suez… Danone… Coca-Cola… Nestlé… Aguas de Barcelona… Bechtel Enterprises…
Empresas abusivas que aumentan las tarifas en un 300 por ciento y dan pésimos servicios.
Terminar contratos aunque no le guste al padrino del “agua privatizada”, el Banco Mundial, una institución chantajista que condiciona los créditos a los países pobres con tal que privaticen el agua y los servicios públicos.
Soberanía del agua. Un deber del Estado.
Y un derecho de los pueblos.
Hasta donde llega la voracidad capitalista.
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